Las sirenas de la mitología griega



Las sirenas son un tipo de criatura que encontramos en la antigua mitología griega. Habitualmente se describe a las sirenas como criaturas bellas pero peligrosas. En la mitología griega, las sirenas eran conocidas por seducir a los marineros con sus dulces voces, y al actuar así, los arrastraban hacia la muerte. 
Las sirenas han sido mencionadas por números autores de la antigua Grecia. Probablemente una de las referencias más famosas relacionadas con las sirenas es la que nos llega de la Odisea de Homero, en la cual el héroe, Odiseo o Ulises, tiene un encuentro con estas criaturas en su travesía de vuelta a casa desde Troya.

Los autores de la antigüedad no parecían ponerse de acuerdo con respecto a la filiación de las sirenas. Uno de ellos, por ejemplo, afirma que las sirenas eran hijas de Forcis (un dios marino primordial), mientras que otro sostiene que eran hijas de Terpsícore (una de las nueve musas). Según una de las tradiciones, las sirenas eran compañeras o sirvientas de Perséfone, hija de Zeus y Deméter. Tras ser raptada Perséfone por Hades, se dieron alas a las sirenas. Según algunos autores esto fue a petición de las propias sirenas, para que así pudieran buscar a su señora Perséfone de forma más efectiva. Otros atribuyen este don a un castigo de Deméter, ya que las sirenas habían fracasado en su intento de impedir el rapto de Perséfone.




Las sirenas aparecen en numerosos mitos de la antigua Grecia. Una de las historias más famosas sobre sirenas la encontramos en la Odisea de Homero. En esta obra de la literatura antigua podemos leer que las sirenas viven en una isla cercana a Escila y Caridbis, y de hecho Circe ya había advertido al héroe Odiseo sobre ellas. A fin de impedir que sus hombres fueran seducidos por el canto de las sirenas, Odiseo hizo que se taparan los oídos con cera. Al desear el héroe escuchar el canto de las sirenas, ordenó a sus hombres que le ataran fuertemente al mástil de su embarcación. Mientras navegaba el barco de Odiseo y sus hombres junto a la isla que habitaban las sirenas, la tripulación no fue afectada por su canto al no poder oírlo. En cuanto a Odiseo, él si escuchó el canto de las sirenas, pero pudo vivir para contarlo al encontrarse amarrado al mástil.





Otro mito en el que aparecen las sirenas es el de Jasón y los Argonautas. Al igual que Odiseo, Jasón y sus hombres debían navegar junto a la isla de las sirenas. Afortunadamente para los argonautas, tenían con ellos a Orfeo, el legendario músico. Cuando las sirenas entonaron su canto con la intención de seducir a los argonautas, Orfeo interpretó una melodía con su lira. La música de Orfeo eclipsó las voces de las sirenas, con lo que los argonautas pudieron superar la isla de las sirenas de forma segura. Solo uno de los argonautas, Butes, cayó bajo el encanto de las sirenas y saltó por la borda para nadar hasta ellas. Afortunadamente para él fue salvado por Afrodita, quien le rescató del mar y le llevó hasta Lilibeo.

Hoy en día, los relatos sobre ellas siguen muy presentes por todo el mundo desde muchas variaciones de sus mitos, como también las creencias de su procedencia tales como que eran hijas de de "Melpómene" (La musa de la Tragedia) y de "Aqueloo" (Dios del río homónimo y primogénito de los Dioses-Río). Otras versiones de esta dicen que son hijas de Aqueloo y Estérope o Terpsícore (Musa de la poesía y la danza) o también del Dios Forcis. Según los mitos del Libano, las Sirenas nacieron de la sangre de Aqueloo y fue derramada por el ya conocido Hércules (Heracles).

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